sutilezas como golpes sordos

Mi fuerte no es la perseverancia, de repente aprovecho el impulso que me viene como una bocanada de motivación y soy capaz de pasar horas escribiendo sin rumbo aparente, hace mucho que no me comprometo con una historia, solo me gusta ilustrar vagos fragmentos de una conversación que se puede sostener desde cualquier punto de vista.


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Ensayo formas de decir, de deducir, construyo esas piezas de un rompecabezas que no se diseñará nunca

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Esto puede que no nos lleve a nada, se sostenga por mucho tiempo esta falta de fundamento, eludir un propósito que no sea el de ilustrar el vacío que me apremia

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No me mido a la hora de especificar estas desilusiones, contienen el nivel de pérdida de integridad en cualquier tipo de causa que no sea la de ilustrar un escepticismo cargado de esperanza.

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Posiblemente lo que estoy exponiendo es el testimonio fidedigno de mi desintegración social

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Entre lo que deduzco, lo que trato de imaginar, y lo que escribo debe haber un significado común, un error secular al que trato de representar desde todos sus ángulos posibles.

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si fuera a renunciar cada vez que sintiera el inevitable vacio que contienen estos pensamientos

no reconocería esta afirmación.

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Siempre habrá una manera nueva de abordar la desolación

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He cultivado un árido terreno con los errores comunes de mi frustración

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Simplifico tu expectativa anunciando que no hay nada novedoso tras estas afirmaciones, se supone que el único placer al que me dedico es el de despedir a la visita sin siquiera invitarla a pasar.

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Cada uno de estos textos es como bolsas de tierra extraídas de una mina abandonada donde nunca se encontró el mineral precioso que se buscaba.

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No es una actitud hipócrita atacarse a si mismo cuando el placer consiste en la negación consecuente

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¿y si estas frases no son mías, si alguien me obliga a escribirlas y a cuestionar el sentido que tiene realizarlas?

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Otra vez me regodeo en el oportunismo de escribir sin el menor de los propósitos solo disimulando mi inobjetable presencia en este efímero momento.

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Puede que de ahora en adelante mi sorpresa disminuirá si reconozco que la única función de mis observaciones estriba en no ver nada

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Cuando siento que se acerca el momento de terminar lo que escribo me aferro como si no tuviera otra oportunidad, eso nunca me había sucedido con los otros trabajos que he intentado

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Sutilezas como golpes sordos