Cannabis Habanera

Cannabis Habanera
Shagall en la Habana

viernes, 16 de abril de 2010

Otra vez.

Otra vez intento escribirte, observo detenidamente el flasheo de la línea que precede cada palabra y siento como concibo cada una como un latido,
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Observo todo lo que redacto, con la intención de crear un efecto inusitado, simular la capacidad de retener la atención basándome en un sentimiento de necesidad semántica.
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Quiero construir puentes de palabras inútiles que tengan la capacidad de convertirse en otras cosas menos ordinarias.
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Cuando descubrí esta manera de escribir me liberé del compromiso con las formas literarias
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No me sentía cómodo en ninguna de ellas, siempre objetaba con alguna necesidad de descripción técnico-cinematográfico.
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Entonces ni estoy escribiendo un guión cinematográfico, ni un cuento, ni un poema, ni un diario
Simplemente estoy tomando notas.
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Pero ni eso me liberaba del sentimiento de evitar el circuito cerrado de los “artistas”
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La libertad se reducía a no hacer nada.
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Pero el alma y el cuerpo se debatían en esa negación. El tedio me invadía y la única manera de liberarme de este conflicto era componiendo cosas efímeras.
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También el método me sirvió para crear diálogos desacostumbrados, sin caer en el narcicismo de la comparación o copia de los poetas elevados.
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