“La guarida de los cineastas”
El cine en esa Isla siempre ha tenido el dejo aburrido de los paisanos que llegaban a la ciudad y se aprovechaban de las circunstancias,
por eso nosotros quisimos hacer algo (cuesta trabajo decirlo) diferente
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Allí en el cuartico del que me apropié en el cómodo departamento de mis padres
Creamos “la Guarida de los Cineastas” nos aburría todo lo que se había hecho
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el encuadre underground que le faltaba a los cheos cineastas oficialistas,
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teníamos que compartir con ellos porque era la única forma de tomar prestados sus equipos que cuidaban celosamente como si de armas de exterminio masivo se tratase.
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Pero al final teníamos que realizar guiones que no tenían la menor posibilidad de ser aceptados por el aparato represivo de la Cultura Isleña
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Guiones etruscos
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Daguerrotipos cinematográficos
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La degeneración perdida
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drogas psico´-trópicas
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Títulos de guiones
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Entrar en el aparato fue lo que nos desunió, luego la fuga inevitable, dejándoles el Malecón a los prosaicos policías de la cultura.
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Hoy qué te da ganas de ver, lo mismo con lo mismo, el lenguaje plebeyo y desfachatado del cadáver histórico cinematográfico
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El fuego ha cesado, nos alcanzó un nuevo siglo, nuevas herramientas que hicieron que todo se convirtiera en un murmullo ruidoso de mal gusto y tediosos discursos
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La Isla de los vivos murientes
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Antología de los plagios de la trova recopio-lucionaria
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Curso de capacitación para militares espías en artes plásticas, literatura y cine.
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La música ya era una asignatura obligatoria.
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Como dadaístas hicimos lo nuestro, hoy solo queda el grato recuerdo de haberlo hecho sin tener que rendirle cuentas a nadie ni siquiera a las generaciones venideras, cada cual hace el amor como le place,
fuimos hippies de los finales del setenta hasta los ochenta y no cursamos las escuelitas de arte de la islita, para crear bostezos de autocensura locales.
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Terrorismo semiótico
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Animalismo digital
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Desobediencia literaria
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Asesinos en serie del folclor mundano de la mayor de las Antillas
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Personas non gratas de la bobería revolucionaria
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Si hubiese hecho una película con ellos hubiese comenzado con las notas del himno nacional norteamericano interpretado por Jimmy Hendrix mientras le hacia el amor en la cátedra de historia a mi profesora de Inglés en la ESBEC General José Artigas en San Antonio de los Baños
Actual pocilga de videastas del tercer mundo.
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Cineastas malditos adictos a la cocaina y la marihuana, nos metíamos de todo y luego nos colábamos en las reuniones de las organizaciones políticas, arrebatados, a observar a los extras de nuestras desfachatadas historietas.
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La realidad nos superó, nos aplastó, nos venció el tedio y la persecución
nos hizo abortar una misión tan ridícula y divertida.
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No existían cámaras de video ni equipos de grabación, ni guitarras eléctricas, ni correos, ni intercambios culturales, ni internet ni nada, pero lo hicimos, y no le debemos nada a la cultura de esos años ni falta que nos hizo.
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Soldaditos de plomo.
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