El valor es otra cosa esplendorosa

He creado un hábito, buscarte.

Y cuando te encuentro me vuelve el alma al cuerpo

X

En estos días se me dificulta escribir si no te tengo presente, si no están tus palabras haciéndome pensar.

X

Lo he intentado varias veces sin resultados, me ha dado un poco de vergüenza partiendo de aquel arrebato con el que empecé y he sentido que todo ha acabado en varias ocasiones.

X

Aunque debía estar acostumbrado a estas ausencias de deseos, cuando he pasado por años de abstinencia a la literatura o al deseo de escribir.

X

No se por qué siempre el término “literatura” me suena adulto o comprometedor.

X

¿Será quizás por el hábito adquirido en la Isla de verla como parte del Apartheid cultural con que nos educó el innombrable?

X

Hoy estoy destrozado por dentro, otro de esos días de asmáticos.

X

Pero casi sin esperanza, lo primero que hice al despertarme fue buscarte y ahí estabas, aquí estas, todavía siento la fragancia de tu presencia habanera en la pantalla licuosa de la computadora.

X

Nuestro encuentro en un chat será algo más allá de lo espontaneo.

X

Me imagino un dialogo con unas pausas enormes donde se contendrá esta libertad de verbo con que nos hemos tratado desde siempre.

X

Sin embargo, con que aparezcas de vez en cuando alguien recuperará la vitalidad patria…

X

suena exagerado, y está lejos de todo sentido político, tiene más que ver con el amor, con un amor ancestral, quizás se reúnen todas las aspiraciones de un aficionado poeta como lo he intentado ser desde que tengo uso de razón.

X

Amar a una mujer inteligente, una mujer bohemia que escribe delirios y que llena las plazas por donde anda con sus sombreros artificiales,

X

 amar a una criolla que no encuentra rara la costumbre de mantener el deje habanero en sus pláticas.

X

Que recomienda libros y canciones y bebe como un marino,

X

 Que se ocupa de las paredes de su cuarto como si le hubiesen encomendado una maqueta del mundo.

X

Es inevitable escuchar el perfume del amor como el del roce de la seda con la superficie de la piel

X

Y todo esto no se trata de una declaración de amor, solo de un sentimiento que se genera y resulta inevitable contener.

X

Por eso aceptar las disculpas se torna en sonrisas, porque no pecamos de codependencia,

X

Nuestros cuerpos no se anhelan, son nuestros versos desestructurados  los que se ansían.

X

Si pido algo por ambos, es no abandonarnos en estos apartes, no sabemos cual de los dos está en prisión o si lo que media entre nosotros es la prisión de la nostalgia.

X

Yo me curo de solo leerte,

X

Mis condiscípulos lo notan y me preguntan por ti, porque saben que ya estas de regreso, por que mis clases son más apasionadas .

X

Te confieso, yo nunca me he sentido más habanero y más escritor que desde que te conozco.

X

Mis maestros espirituales han de saberlo y te lo agradecen, mis santos me piden que vele por ti y que de vez en cuando les prenda una velita.

X

Cuídate mucho hermosa bloguera, ya vez cuanto efecto causan tus humores antillanos.