la honorable fiesta

Llegado el momento me conecto, pienso en el resto del día y le quito importancia a los pendientes.


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Disfruto el hecho de estar presente, a punto de lanzar un mensaje al espacio.

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Ese privilegio de los blogueros, que se pueden conectar y producir simultáneamente, sin previo aviso, sin noción del tiempo ni del espacio, esa virtud de la libertad virtual.

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Con esta ventana mi vida ha cambiado profundamente, desde que tengo uso de este espacio, me siento un hombre protegido por la publicación inmediata.

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El sentimiento consiste en la libertad de expresión deliberada, creo que me basta con el concepto de censura que se maneja, porque no he frecuentado zonas escabrosas para la censura de google, (supongo yo) y de ser así, creo que aquí está el marco en el que me he de mover siempre que lo considero uso de mi sentido común.

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Entonces si aun sigue siendo algo mal visto socialmente el hecho de fumar cannabis.

O sembrarla en tu jardín, o consumirla en tu propia casa para no afectar al vecino.

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Entonces aquí, hago exactamente lo que quiero, analizo el mundo simbólico que se circunscribe a mi ámbito. A mi escueto alcance humano, y asi dejo constancia de los momento de fiesta que me otorgo en la vida.

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Porque escribir es eso para mi, una fiesta, la fiesta del infortunio humano.

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La fiesta de la soledad,

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La fiesta de la timidez

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La fiesta de la derrota.

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La honorable fiesta del pensamiento.