Mi querida Lia:

                           No recuerdo si fue Honoré de Balzac, el que se enamoró perdidamente de una mujer que le escribió una carta y que descifraron entre su madre y el por la calidad del papel, el perfume, la tinta, la impresión, el estilo de la caligrafía, de que clase de mujer se trataba.

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Hoy de repente reuno tantas alegrías como el hecho de vivir el partido de México 2 Italia 1

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Ver la primera impresión de ese cuadro que te gustó tanto en una dimensión de 3 mts por 2.10 mts.

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Recibir tu carta, tu dibujo(¿es tuyo?) tu foto, nuestra foto, con el cuadro.

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Estoy muy feliz, afuera truena, mis muchachos terminan un trabajo de edición y les he invitado a cervezas, en el mero estudio. Estoy feliz, estoy celebrando tu regreso.

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Me tomó de sorpresa, tu carta, Nada.

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Luego el titulo del cuadro, constrúyete una isla para ti, y me parece que es el Quijote, ¿es tuyo ese cuadro? Si es tuyo, ¿lo puedo publicar en nuestro blog?.

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Te pensaba escribir una carta más emotiva,

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Gracias por sacarme de la confusión que me hizo creer Juan Padrón acerca del machete cubano, por cierto, fue el ultimo director de cine con el que trabajé antes de irme del país.

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Lia , cuídate mucho por favor,

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¿Te funcionó lo último que te envié de Norman Manea?

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Cuando salga de aprietos pienso adquirir sus libros y si puedo te los enviaré o te los guardaré para cuando pueda hacértelos llegar o llevártelos.

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Me interesa mucho leerlo, creo que viene a llenar un espacio medio incompleto que me dejó Kundera, porque siempre estoy pendiente por leer lo último de la otra K chekoslovaca.

(estoy no tiene que ver con el escándalo o difamación de la que se le acusa, yo seguiré leyéndolo así represente otro miembro de la KGB)

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Aunque suene un poco raro siempre estoy haciendo planes para contigo, por supuesto, no estoy insinuando nada, ni haciendo proposiciones indecentes, la vida es una partícula de alquimia muy interesante, a veces da hijos a veces da arte.

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Yo guardo tus besos, o “beso”, de tus cartas en mi corazón, nunca te he mandado uno,

Pero no lo puedo evitar hoy, así que te envío mi primer beso, mi primer y único comentario húmedo de nuestras correspondencias.