Hay heridas que no cierran nunca
supuran en derredor creando la costra ineficiente de la contención.
fueron acertadas estocadas del infortunio
que persevera en la fuga de la angustia
y evidencia las pruebas de dolor que concierne a los desposeídos
de estas heridas se nutre la indulgencia
como la mutación del dolor
en el presagio de los enemigos
como la evidencia irrebatible
del nacimiento de un depredador indomable
que colecciona los recursos de la venganza
en el museo estridente del perdón y la tolerancia.
La beligerancia consistirá en mantener el flujo de estas heridas
con el fin de no perder la memoria descriptiva
del cinismo de los falsos protagonistas de la historia manipulada
por el despecho y la arrogancia de los sofistas de turno.
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