Llega un momento en que los dedos se me van al teclado, se descuelgan de mis manos y corren a romperse la mano estructurando maneras de decir cualquier cosa mientras supere lo recientemente dicho, en otras palabras… Variaciones de un mismo y repetitivo tema.
X
La soltura adquiere cierto decoro, últimamente de lo que me preocupo es de la postura que he de adoptar para estar tantas horas dándole a las teclas.
X
Sobre todo por la columna y el huesito de la alegría que se me desconchinfla por la pésima silla en que terminado escribiendo en estos días.
X
Antes que se me vaya el potro quiero decir en esta parte de la novela, que las cosas han mejorado considerablemente, que el personaje al que habíamos acribillado a balazos unos días atrás está bien de salud y que si Dios quiere comenzaré a crear frases divertidas que sirvan para ilustrar los refrigeradores de las casas cuando se aburran de todos los magnéticos sin sentido que se han producido en serie para ese propósito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario