Diletancia literaria

Mientras más escribo más fuerzo a mi mente a despejarse de los vicios de la repetición

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Este ejercicio me está sirviendo para notar el caos con que vivo, con que me nutro del mundo, lo difícil que he diseñado el camino a seguir.
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Muchas veces me arrepiento de exponer tanta trivialidad en una página publica, pero creo que el efecto principal se está logrando, me está permitiendo dar la cara desde mi propia mediocridad, como me he ido complicando la vida, basado en los malos vicios que he adquirido con el tiempo. Y uno de ellos, sino es el peor, ha sido el cine.
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Creo que si reniego también del cine, y no me siento conforme con mi manera de exponerme en la literatura me voy quedando sin opciones,
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Por eso trato de verle el lado lúdico a estas exposiciones, en definitiva, soy un personaje de ficción.
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Este es el tipo de novela virtual que he querido escribir desde que tengo uso de razón,
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He usado el blog, como un vehículo, o como herramienta partiendo de que no conozco otro método más eficaz y fácil para hacer algo como lo que estoy haciendo.
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En la medida que avanzo voy notando los ingredientes que necesita esta historia, como puedo usar al farsante humano que me representa para que ilustre punto por punto, todos mis puntos de vista, si, es así precisamente que lo quiero decir, llenar de puntos esta parte de mi novela caótica.
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Ya lo que me queda es sembrar un árbol y tener un hijo, pero son cosas que no ocupan mi interés en este momento, prefiero seguir diletando, hasta que me encuentre en un callejón sin salida, un sin sentido o que de repente, descubra si represento al Quijote, a Sancho Panza, o los dos a la vez, o soy el alter ego de Rocinante que ha querido contar desde su punto de vista esa historia del ilustre Manco de Lepanto.
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El fin es desatar toda la furia creativa con que he vivido todos estos años derrochándola en la televisión.
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Hoy que finalmente estoy fuera de la misma, corriendo el riesgo de quedarme en la calle si la casa productora del amigo con que trabajo no sale adelante, me apresuro a dejar constancia de mi valía como escritor, sino es por los textos o los tópicos, por lo menos por la constancia que puedo demostrar.
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Pero como se dice que uno tiene que hacer aquello que realmente le gusta, yo escribo, vagueo, pierdo la madrugada escribiendo y cagandome en la hora en que nací cuando amanece y resulta ser Lunes y hay que irse a trabajar cuando uno lo que desea precisamente es dormir además de ser lo que realmente se merece después de estar redactando semejante saga hiperrealista del asunto.
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A veces me pregunto, donde está el humor de esto, o qué sentido tiene que escriba sobre lo mismo.
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Finalmente debe tener un diagnostico clínico, psicoanalítico, o sencillamente se convierte en otro de los documentos que quedarán para la historia para reflejar como sobrevivimos algunos a la Segunda Gran depresión de la historia del siglo Veinte, la primera fue en los años 20 o 30, y generó en un mundo devastado por la mal llamada primera guerra mundial y que generaría la otra segunda guerra mundial, la última versión de nuestra inhumanidad y bestialidad a semejante altura del desarrollo humano.
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Sin embargo que podemos decir de este comienzo de siglo, la gran crisis llegó y no hay manera de que se vaya, nos seguimos haciendo los de la vista gorda, no importa que descuarticemos pueblos en aras de seguir teniendo gasolina para nuestros autos, no importa que se vierta el mar negro sobre el golfo de México y afecte todas las costas, o que de repente se presenten más terremotos en diferentes puntos de la tierra, mientras no nos afecte directamente seguimos aprovechando la cómoda estancia, la indudable suerte de no ser los afectados,
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Yo por lo pronto, si he pasado las de Caín este maldito año, perdiendo un trabajo de mierda por una de las aberraciones de la Isla y la corrupción en los vuelos de Cubana de aviación, por otra parte, la solidaridad de mis jefes capitalistas que les valió madres el drama del que había sido víctima y me echaron a la calle, mintiendo para no tener que pagarme el seguro social y pensar que es una de las ramas parásitas de la colosal televisora de México.
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Por algo suceden estas cosas, yo por lo pronto me he desatado a escribir, y es posible que este blog no sea el comienzo de un escritor maldito del nuevo siglo, pero si será el lugar donde me tome el atrevimiento de juzgar, faltando a la palabra de Jesucristo algunos aspectos de la vida que me parecen contraproducentes.
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Aunque al final de toda esta perorata(palabra que me revienta) lo que me interesa es notar la habilidad con que puedo sostener una disertación, digamos que estoy empleando el pensamiento más de lo habitual, aunque debería usarlo para cosas más prácticas, pero solo Dios sabe porque me comporto tan ojete,(como diría a lo ñero, a lo chilango)
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Si la cuestión es trabajar heme aquí, dándole a la tecla, que debería probar y observar como andan las cosas por casa a ver si le pego con eso del periodismo, ni madres, lo mio es la ficción,
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Mi puta ideología es la ficción, donde puedo ser un Zar o un petimetre, mientras esté gozando que siga la fiesta del teclado.
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Ya tengo un objetivo directo en el que confiar mi zafarrancho a combate, ella decidirá si esto sigue o debe tomar otro rumbo, aunque a estas alturas del partido ya a mi solo me puede parar el que decide todo. Papadió sin ir más lejos
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Es la primera vez que noto el letrero que anuncia el número de letras, es posible que lo haya hecho con anterioridad y haya vertido el mismo comentario pero en este caso noté que había escrito 983 palabras y me dije para mi que debía llegar a las mil con tal de superar otro de los obstáculos que suele presentarse, por ejemplo en este momento ya rebasé los mil y ando específicamente hablando contando con las próximas palabras que tengo que imprimir por el número, déjame ver si acierto adelantándome a los acontecimientos, 1,089 palabras incluyendo estas que necesito sumar para cerrar la idea.