Como todas las mañanas entra una codiciosa virgen a mi cuarto
Para despertarme con un beso, darme café e iluminarme el alma
Me levanto con una palabra humeda en la boca:
¡Grotesco!
Aún no puedo recordar en que estaría soñando
antes de ser despertado por el perfume de la inocencia
me incorporo con un vigor nuevo pero aún intrigado
por esta palabra que he depositado al borde del lavabo mientras me cepillo los dientes
la coloco en una bolsa de plástico como hacen los detectives
y espero a que la computadora se desperece y el Internet me vuelva a dar acceso
luego la escribo rápidamente antes que se evapore
la observo y me recuerda una película* de Fellini
pero la asociación no me ayuda a desbrozar el último sueño que se fraguaba en mi otra vida.
*La Strada
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario