esporádicos comentarios

Si me muevo rápido de un pensamiento a otro es por esa manía de desvirtuar el placer con que se honran a si mismos.


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Ando convencido de que no acertaré jamás en ninguna de mis afirmaciones, más bien mi labor consiste en sabotear cualquier probabilidad de que esto suceda.

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La alternativa de renunciar a estos acertijos de aparentes comentarios inteligentes se desvanece ante el irremediable silencio con que continuaré viviendo en un país donde ni siquiera se conoce el lúdico idioma en que lo intento.

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Los enemigos que he elegido con el tiempo han conformado un museo de buenos ejemplos a seguir a la hora de quedarme con los brazos cruzados.

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Hay cosas terribles sucediendo ahora mismo, hay muertos que aún están tibios en sus ataúdes y claman por que la justicia se encargue de ellos, he pasado cientos de veces por esos cementerios pensando en cómo referirme a ese asunto

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Si esta no es la prueba definitiva de mi verdadera profesión espiritual al menos que me garantice una que otra conversación inteligente al año. ( y cuando digo inteligente me refiero al sentido más humilde de la palabra… Por favor…

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De eso si estoy seguro, he logrado crear un compendio nada incómodo o aburrido de referencias que en un momento determinado me pueden sacar de un apuro inmediato. Por ejemplo, cuando estemos hablando de todas aquellas cosas que normalmente se citan en una conversación intelectual y se agote el repertorio podré insinuar que en algún tiempo me dediqué a escribir sobre situaciones que me habían llevado al borde del suicidio, en este punto del comentario observaré la reacción que provoque la palabra `suicidio´, si causa risa, se que podré subir el tono de la introducción y exagerar en el número de intentos, los estilos empleados, y la investigación exhaustiva que realicé para desarrollar semejante plan homicida sobre mi mismo, la única persona a la que me atrevería hacerle daño, si la cosa no alcanza el nivel de lirismo lúdico que me esperaba ni me molestaré en darles la dirección electrónica donde aparecen estos textos que nada tienen que ver con la necesidad de llenar un hueco en el espacio de una conversación agotada en cualquier circunstancia desafortunada.

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A veces pienso, bueno, es hora de parar, voy a escribir un cuento corto o algo así, luego me siento, me entra una pereza tremenda y termino escribiendo estas frases cortas que al final del día se me asemejan a cuentos cortísimos sobre el mismo tipo al que le entra pereza cuando se trata de escribir cuentos cortos… (Y se oye una voz desde el publico que dice: Lo que no tienes talento ni la menor idea para escribir cuentos cortos hijo de la gran puta!!! ) así es mi público, versátil.