color ordinario

En esta lucha por conservar un espacio en el mundo editorial libre de los blogs


Reviso disciplinadamente a aquellos que me inspiraron a seguir sus pasos,

Me doy cuenta que he adquirido un deseo casi extinguido en mi, la necesidad de escribir, de deshacer mis temores en textos, de forzar la palabra a representar mi conducta humana, de producir cuanta idea indefensa abunde mi incredulidad para hacerme cargo de la revisión de cada uno de los errores que represento diariamente.

Un exorcismo literario, una necesidad de expurgar un silencio que se iba calcificando en mi interior, una distancia de la posibilidad de sentenciar a los que han procurado que mi vida sea cada vez más difícil.

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Represento un pueblo herido de muerte, totalmente desquiciado por la vil tortura a la que ha sido sometido en el último medio siglo.

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Y quiero hacer algo, aunque solo esté provisto de una inseguridad inevitable, sin la menor noción de cómo resolver mi situación inmediata y pensando que si no pasa algo favorable en los próximos días debo ir preparándome para un inenarrable destino

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Por eso no me mido en todo lo que publico, más bien corro el riesgo de que cualquier texto que sea capaz de producir debe ser publicado, con la esperanza de encontrarlos en algún momento si es que llego a perder la posibilidad de seguir conectándome al internet.

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Por lo menos esta dedicación me ha servido para creer en algo, algo que se moviliza constantemente en mi pensamiento, que me lleva a registrar en estos lapsos de pura necesidad creativa.

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Y por eso no me concentro en recrear otros géneros, es posible que en algún momento salgan destellos de algún poema o débiles referencias e intentos de recrear un cuento.

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Independientemente de que el blog ya es un hecho público, a mi me está sirviendo como herramienta de trabajo, es una peregrinación por todos los años que le he dedicado a la televisión y la publicidad alejándome de mi primer deseo real que era escribir y hacer cine.

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Ya hoy es demasiado tarde para cambiar las cosas y sobre todo si te das cuenta que en cualquier circunstancia estás desprotegido.

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Si algo ha de salvarme de mi falta de visión todos estos años, es esta confesión diaria,

Esta manera de rasgarme la piel y mostrar como la mediocridad ha hecho metástasis en mi alma.

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Es posible que sea tarde para todo, menos para dejar esta constancia de que he querido existir, he tratado de mantenerme al margen de la tragedia cotidiana que representamos todos los cubanos dentro y fuera de la Isla para representar la mía personal, el riesgo que he corrido todos estos años al atreverme a salir del despótico gobierno al que sigue sometido mi esencia y sobrevivir como un asmático incurable de la asfixia que ha representado toda mi vida.

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Hoy no tengo mucho que agregar, pero quizás esa sea una de mis peores mentiras, es posible que a pesar de lo arrepentido que estoy de escribir estas declaraciones cerrando este capítulo. Me vuelva a venir otro vahído de necesidad de seguir escribiendo.

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Quizás también porque no me puedo concentrar en otras cosas, he tratado de leer, de ver viejas películas, e incluso he tratado de retomar la película inconclusa que tengo en el programa de edición, pero nada ha funcionado.

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Ahora solo me queda sentir cierto orgullo por haber escrito, aunque mañana al revisar estos textos sienta que todo ha sido una maldita pesadilla.

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Se que no cumplo con las reglas del blog, aquí solo se cumplen las reglas de mi neurosis.

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Lo irremediable sería continuar de brazos cruzados ante esta posibilidad infinita que me permite el internet a principios del siglo XXI

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