La fuente libidinosa

Cuando el tema de una novela es la novela en si puede ser muy engañosa la recurrencia a las formulas y los métodos empleados,
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En este caso la alquimia se desarrolla en mi cabeza, las anotaciones al margen no existen, no existe un mapa empotrado en la pared, no existe una lógica a seguir, solo existe el desafuero de la producción, no estamos esperando una aleación especifica, sino conservamos el sentimiento que imprimió la novela escrita hasta finales del siglo Veinte, y nos proponemos hacer de esta saga una forma nueva de seguir lidiando con la novela nueva.
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Esta intención puede quedar solo plasmada en el escrito que la pretende ilustrar, luego se presenta la oportunidad de abandonar el barco ideológico que la contiene y desandar por otros rumbos, que sin lugar a dudas al estar presentes en el documento que los porta pasan a formar parte integral de la obra en cuestión.
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A donde quiero ir a parar.
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No quiero, ni pretendo, ni le voy a dedicar tiempo al asunto de escribir una novela, ponerle un seudónimo mandarlo a la Post/Neo/Colonia  a que la premien con un jugoso cheque y la conviertan en otro trasto inútil que vender por temporadas, reconozco que no tengo el talento para la paciencia que se requiere para lograr semejantes y lucrativas cosas.
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Mi forma de ser no me permite ni siquiera ser tan optimista como lo fue Bukovski al  perseverar en el asunto de mandar sus sucios poemas a editoriales y publicaciones.
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Conociéndome y conociendo a los que me conocen siempre termino por regalar mis ideas, mis creaciones, tomarlo todo como un cumplido de quien lo acepta, eso si, me molesta muchísimo que se me engavete un cuadro porque no va con la decoración de la casa o que sencillamente no les gusta y lo aceptan el regalo, porque no tienen los suficientes cojones de reconocer que no les gusta mi estilo.
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Cuando hago un cuadro, invierto mi tiempo y mi dinero, cuando hago una ampliación ya es casi un sacrificio, para que luego me salgan con que no lo usan porque no va con el estilo minimalista de sus portales.
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Espero que no pretendan aguardar a que me muera y esas ficciones (así le llamo a mis cuadros) adquieran un valor con el que no contaban mientras me mantenían en la oscuridad de su closets de desahogo.
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En fin, este blog, no responde a una bitácora blog como lo ha ilustrado Mr. Sullivan, puede que en algunos momentos tenga destellos de parecidos, pero ante todo pretende ser mi punto de fuga creativa.
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La válvula de escape postdadaista, un homenaje a Marcel Dupchamp y la fuente libidinosa de R.Mutt.