Ayer tuve mi fiesta privada, escribí divertidamente y me atreví a publicar cuanta estupidez me pasaba por la cabeza, hoy aún me río con solo los títulos de las bobadas que aparecen en el blog pero que de alguna manera representan el kischt nuestro de cada día. Potente estética de la que goza muy buena salud el Internet
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Pensé que alejarse de la televisión para estar más tiempo dándole al teclado iba a ser un definitivo adiós a la absorbente caja idiotizante, hoy veo con vaga esperanza como todo gira en torno a lo mismo, el ocio, el miedo, el ocio.
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