20 años de soledad

No faltan las secretarias oportunistas y guapas que quieren pasar la prueba de las escuelas de cine, se documentan con las esposas de los que se dedican al asunto y llega el día en que consiguen una entrevista personal para prepararse para la prueba de admisión.
Uno siempre cultivando la posibilidad de tirar una cana al aire, o llevarse el hueso a un buen escondite, o meter el jeep en el fango. Acepta de mala gana para fingir desinteres, pero siempre pendiente de las fisuras por donde desbordará la carne de la secretaria en cuestión que se esmerará en exponer las mamas, apretar el trasero bajo un jean claro y colmará el ambiente con un perfume empalagoso que recordará a las señoritas de la calle alegre.
llegada la hora de la cita, comenzará el aburrido cuestionario:
-dime tus diez película preferidas...
-bla, bla, bla...
-dime tus diez directores preferidos
-bla, bla, bla...
-dime tus diez novelas preferidas.
-Bla, bla, bla... y Veinte años de soledad.
Superando las barreras del morbo libidinoso, asoma su vista por encima de los lentes y aclara.
-Hija, todavía te faltan ochenta años de esa novela, vuelve a practicar tienes grandes posibilidades de que te acepten y te conviertas en una futura directora del nuevo cine latinoamericano o por lo menos de telenovelas locales.