Quiero que me digas como voy, qué te parece, sugiéreme, critícame, censúrame, ignórame pero hazme algo, necesito un punto de referencia, quiero saber que la estrella que me guía no será la Polar pero es la adecuada, la que me conducirá a tu destino.
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Se mi derrotero
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Yo seguiré navegando en aras de encontrar tierra firme, mi propia América, pero necesito tu bendición, tu confianza y tu juventud.
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Necesito saber que mis delirios literarios estimulan el diagnostico de los que pretenden desmadejar
los valores desvirtuados.
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Que cuando pase este frenesí ha surgido un nuevo puerto que enriquecerá el lenguaje y proveerá de nuevas aventuras.
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Si no me sentiré demasiado solo sin perder la fe en que la bella Dulcinea esperaba con ansias mis correspondencias pero aliviaba su pena en la creencia de que cuando llegaran se juntarían las atrasadas y las más recientes y le dieran material de lectura para casi toda la temporada de calores y bochornos.
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